A altas altas, como las altas cortes y los altos rascacielos, de nuevo altas horas de la noche, El señor sueño se suele confundir con la realidad.
Qué dinosaurios rosados pasan por al frente de mi casa! Desempolvaré mi camara fotográfica para captar este momento glorioso. Pero pasa que, en el amanecer, o cual amanecer, más bien medio dia, en el que mis párpados deciden despegarse y empezar a trabajar, saco el rollo de mi cámara de fotos, me dirijo al cuarto oscuro, D-76, fixer, agua, lavado, stop bath, saco el rollo de la canastica oscura donde se revela, y plop, no veo dinosaurios rosados en mi rollo, veo, las fotos que saqué en el parque güell hace unos días. Mierda, donde están los dinosaurios?
Ah, gloriosa cagada en mi cabeza. Sentado en el hinodoro, sin esfuerzo y sin sudor, sale una suerte de barquito café de mi trasero. Cojo un poco de papel, me limpio, y plop! papel limpio, nada de mierda, para saber que al otro día, a la hora de abrir los oclayos, la cama esta llena de mierda y yo untado hasta los cojones, joder. Y el agua que es cara en Barcelona, no trobat.
Cuando la realidad se confunde con la ficción, o la ficción con la realidad, o como sea que sea la vaina, viene a ser la misma vaina. Yo vi dinosaurios rosados, lo juro por que no defequé en mi camita.
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