Levántate de la cama y dame un beso, mujer, que todos los días que sueño contigo me muero por despertarme con un toque de tus labios. Dime, de aquí a cuando te convertiste en mi cuadro preferido, en mi libro más leído y mi vinilo más rayado por el tornamesa.
Ven aquí, mujer, y ahógate conmigo, tírate a la nada. Tírate al mundo, descúbrelo, crece.
Vamos, bájate, déjame tallarte, déjame pintarte. Pintarte la espalda, ahogar tus gritos. Déjame tocar tus piernas, déjame tomar tu piel como si mi vida dependiera de ella.
Déjame descifrarte, déjame descubrirte como Colón descubrió América.
Y déjame liberarte, déjame llevarte a conquistar la nada.
Dame energía, dame amor que de eso vivo.
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