martes, 30 de noviembre de 2010

Deidades

El conocimiento, el consumo y la sociedad nos alejan paulatinamente de la fé.
Dios, más que el reflejo del odio, del resentimiento y del cauce desbordado de las arcas de los monarcas eclesiásticos, es el amor y la desesperación de un mundo que busca, en las deidades, el alivio de los problemas y de los retorcijones estomacales a causa del hambre.

Dios resulta ser todo lo bueno del mundo. El amor, la felicidad, el sexo, las lágrimas que derrochan alegría.

Oye, tú!
Aléjate de escritos milenarios que te enseñan un mundo diferente. Aléjate, ve corriendo lejos de lo que te aparta de la creencia. Alejate de la Iglesia, que a Dios no le gusta.

Dios termina siendo el principio y el final de mí, la energía maravillosa del romanticismo socialista y de la plaza de la población. Dios no resulta opositor de las ideas igualitarias, Dios tampoco resulta la excusa para las miles de muertes.

Dios odia al estado y a la iglesia. las odia por que no son personas, sino instituciones creadas con el simple pretexto de protección, derechos y fé. Pero los que las dirigen actualmente, olvidan que dejaron la vuelta al globo a mitad de camino, y ahora se encuentran en las antípodas de la creencia.

La deidad termina siendo la nada. y recordando al profeta, la nada no existe, y por eso es tan fuerte.

1 comentario:

  1. Que escrito tan impresionante, concuerdo con todo,es difícil encontrar a dios en el conocimiento, el consumo y la sociedad, cuando por fin la encuentras te das cuenta que esta en la nada, tu eres la nada, sabio.

    ResponderEliminar