sábado, 22 de octubre de 2011

Los vientos me marean
me llevan a la interperie en la tormenta de tu amor
de tu sexo
de tus ojos carmelí que se izan junto a la luna.

Naufragando en el mar de tus susurros
Trato de encontrarme, y no veo más que sombras difusas
de tus pensamientos
y de tu sentir.

Calma, varón
La noche no ha terminado,
después de cada tormenta viene cada calma.

La calma me sangra por los poros
Y el vacío de tu tez blanca en mi ser
no da tregua ante la insistencia.

Sólo me restaría saber
si tus destinos finalmente contrastarán con los míos
Y seguirán conjugándose en los colores del coral.