jueves, 14 de octubre de 2010

Ay, papá

Creo que lo más antiguo de mi cabeza es la imagen tuya, con los pelos que ya no tienes.
Ese rostro, dándome gracias por el hecho de haber sido concebido.
Esos ojos, queriendo dar todo de sí,
Ese corazón, aferrado a mi madre como el árbol a su tierra.
Tu pasión,
ser el periodista detrás del micrófono,
ser el aficionado dentro del estadio,
ser el pinocheto, el uribista, el fascista dentro de su cabeza, dentro de la casa.

Tu sangre que no corre por mi sangre, tu pasión y tu amor que se meten por mis venas.
Gracias a la vida, al mundo, a tí, por haberme puesto a la disposición de tu decisión, y haber escogido llevarme de la mano hasta que caigamos, y nos levantemos, y caigamos, y nos levantemos, como aquella tarde en el parque nacional donde me enseñaste que la lluvia era una aliada.

MUSSOLINI SALVÓ A ITALIA!
SIN PINOCHET CHILE SERÍA HAITÍ.
AY PAPÁ!...
Ay papá. ¿Hay algo más que amor dentro de esa calva?

No hay comentarios:

Publicar un comentario