domingo, 26 de diciembre de 2010

La vida no es más
que pedazos de carne,
conjugaciones atómicas.

¿Por qué, entonces, se vuelve complicada?

Dímelo tú, que te metiste de lleno en toda mi vida,
Dímelo tú, que paulatinamente te convertiste en el cerezo de esta parcela.

Como puede ser posible
que la carne, energizada
sea capaz de tirar a la santísima mierda a la nada,
y la llene de guerrillas, motosierras y muchos muchos átomos de amor.

Como sueño con tus nalgas rosadas, pedazo de corteza de mí,
Como busco y deseo que tu boca nunca deje de tocar mi pecho.
No me olvides.
No me dejes solo.
Quiéreme
por encima de todo
por que no me gusta que me quieras por debajo de dios.

Quiéreme,
por encima de otras mujeres y de otros hombres,
Quiéreme por encima del amor eterno.

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