Almenos,
esta vez,
nos hemos salvado,
del fin de los finales.

Almenos,
tenemos el tiempo
para pensar en cómo nos podemos quitar una vértebra
para no tener que estar invirtiendo cuantiosas sumas de dinero en mantener una mujer que nos pose su boca en las partes inferiores. Así, tendremos más ganancias en las bolsas.

Almenos,
podemos reconciliarnos con el señor
regalándole
a nuestros tres mil millones de compatriotas que están en la miseria
un cuarto de un pan de 50 centavos.

Almenos podemos disfrutar un poco más de nuestras asquerosas vidas
levantarnos en nuestro Loft con sus ventanas llenas de Hollín
a afeitarnos nuestros pelillos
con las mismas cuchillas que usan los adictos sexuales del deporte.

Almenos podemos conducir el carro que compramos ayer
Para seguir llenando las autopistas de autómatas
con un kilobite más.

Almenos tenemos 25 minutos más para seguir cagándonos nuestro entorno.